miércoles, 1 de septiembre de 2010

Café de Colombia

Y van tres días, en Cartagena. Hoy es martes 31 de agosto, el cuerpo se aclimata a todo. Con puntualidad meridiana acudimos prestos a descubrir el frugal desayuno con el que cada día nos ponemos las pilas. Esos cuerpos serranos van recuperando su escultural figura llegando junto a la piscina.
- Buenos días señor, buenos días.
- ¿desea usted café?
-si por favor, con un poquito de leche...
este cafe colombiano, nos acompañará todo el día.
Son las. 7,30 y en torno al cafe y las tostadas las primeras tertulias, los comentarios,
- por cierto, llamaste a casa?
- me han dado por perdido.
- Hoy que toca? ya veremos.
Ayer desayuné con unos compañeros, hoy con otros, los compañeros colombianos se van significando.
- Vaya intervención...
siguen las conversaciones.F
- eso que estáis haciendo está muy bien, pero pienso que...
Una voz al fondo, ¡puntualidad por favor a las ocho en el hall!
Allí, puntuales como casi nunca, las ocho y cinco, y diez, bueno es el margen de cortesía. Calor, humedad, autobús de transporte, bendito progreso que refresca mi cuerpo asediado por el sudor.
Hoy recorrido distinto, hemos parado en una calle aledaña y andando nos hemos dirigido al Centro de Formación del AECID. Belleza hecha ciudad, calles floridas, calles con sabor colonial.
Nos ponemos las pilas y adelante.
Las compañeras del CEIP Virgilio Nieto de Asturias , del IES Islas canarias y los compañeros del IES Terra de Trasancos nos presentan sus experiencias en torno al eje vertebrador la ED como asignatura. Compromiso social en entornos complejos. Los niños/as gitanos en contraste local de norte sur, un departamento promotor y dinamizador de un proyecto global una revisión profunda y adaptada del curriculum de secundaria. La cooperativa como base de una economía social.
Y más café. Después, ¡sorpresa! una foto personalizada. Sentados en silla cual preso ante el fichaje, con hombros alzados, el fotógrafo amablemente se desvela por sacar lo mejor que uno tiene.
- La maquina no puede más, señor, esto es lo que hay.
- Es que no hay más amigo.
Para qué será, barrunto para mis adentros.
El tiempo se impone.
Llegan las Experiencias de compañeros colombianos, seguramente estamos llegando a momentos culminantes del seminario. Programa de cultura para la paz de Luis M. Benitez que nos hace sentir la expresión de las ideas con el cuerpo descubriendonos en el otro que somos. Seres sentipensantes, era algo que intuía, pero nadie como Luis para expresar la idea adecuada con el concepto preciso.
La reivindicación de la literatura caribeña, pero sobre todo el amor por leer, el placer, la ventana a la imaginación y a la inteligencia.
Alfonso Arce reivindica la autenticidad en las fiestas como elemento de identidad y el papel de la escuela en ella.
Luis Andres Ochoa, director de la Escuela del Maestro de Medellin nos habla de como mejorar los ambientes de aprendizaje, nos se puede decir mejor.
Los debates son cada vez mas suculentos. Nos conocemos más y las inquietudes cada vez son mayores. Las compañeras de Arbizu, Molina del Segura y el Colegio Montserrat II de Madrid, no han presentado sus experiencias trabajadas.
Creo que, a veces, una presentación no refleja el trabajo profundo, afectivo, inconmensurable que han realizado. Como decía Pedro, lo más profundo, lo más autentico es lo más esencial y sencillo pero, a su vez, es lo mas difícil de explicar.
De nuevo café, todavia queda café en Colombia.
Mesa redonda abierta al publico. Mari Luz Ortega, Luis M. Benitez y Harold Lora nos aportan nuevas claves sobre la ED.
Terminamos la jornada de trabajo y cual mozuelos escolares, la diaspora. La puerta nos anuncia que esta bella ciudad se nos tragará por sus calles. Inacabable, bella, deslumbrante, interminable, húmeda y cálida. Ruidos, colores, olores, sensaciones imparables que no dejan de impregnar nuestros cuerpos. La curiosidad de lo distinto, uno quiere apropiarse de todo, fotografiarlo todo, la cámara, los ojos, no son suficientes para tantas sensaciones. La ciudad oscurece, la gente está en la calle, la calle es la gente. Uno mira hacia todos lados, y siempre ve esa bolsa discreta y sencilla que dice, ¡esos son de los míos! Tengo la tentación de perderme, de dejar que esta ciudad y esta tierra me engullan, seguramente me pierdo algo, esto es más de lo que veo y de lo que siento. No hay tiempo.
Hotel dulce hotel.
Luis no deja de sorprendernos, nos ha preparado un taller, que yo llamaría terapéutico. Sigo aprendiendo con Luis, con mis compañeros y compañeras, conmigo mismo.
Cena, descanso, silencio y sueño.
Seguramente todo lo vivido saldrá por algún lado.

Juan Corchado Badia

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